Un
vistazo al pasado, a la añoranza, a ese
tiempo donde los juegos y risas de un niño salían a flote con las canicas, el
bolillo, el stop y los soldados, o el gusto que causaba ver la serie
televisiva Combate. Estas remembranzas
iluminan los ojos de nuestro entrevistado Paulo César Martínez.
Un
joven comprometido con sus ideales, solidario con la gente y de amplia
trayectoria política, el diputado local,
no duda en señalar que es un individuo clásico nostálgico, pues
costantemente regresa en su mente a situaciones que le permiten reflexionar sus
acciones cotidianas.
Dice
que no tuvo suerte en el ambiente social, sin embargo es abrigado por ciudadanos
y compañeros; su familia está en un
punto primordial, donde compartir los espacios que tienen es ineludible.
No
oculta su pasión por la lectura y la historia, sino hubiese seguido el camino de la economía y la política, estaría
tocando en un grupo de rock, aunque dice, está aún a tiempo para tomar
clases de acordeón.
La
primera es un documental que se llama Malcom X, me marca porque cuando vienes de
los barrios populares y tus alternativas de sobrevivencia y desarrollo son muy
limitadas, eso no impide que sigas adelante en términos de estudios, de
formación.
Otra es
Mongol, la historia de Gengis Kan desde muy niño, ahí analizan todas las causas
que lo llevaron a ser ese gran dirigente, los tropiezos, ir contra corriente,
luchar hasta conseguir unificar a todos los mongoles y ser esa nación que logró
conquistar a toda Asia.
La tercera es Sin Límites, donde se habla de una
pastilla que hace que tu cerebro funcione al 99 por ciento de su capacidad, es ciencia
ficción, el problema que se tiene es que el hombre ha perdido la capacidad, el
conocimiento de su fuerza, de su fortaleza y eso lo lleva a alcanzar cosas
limitadas.
Tengo formación humanista, tuve la oportunidad de estar en países del bloque socialista, en Corea del Norte, Cuba, y ahí se habla del humanocentrismo, o sea a partir el ser humano se desarrollan todas las capacidades del mundo, entonces tengo mucha confianza en el ser humano, lo que no comparto, es esa incapacidad de razonar por propia cuenta y que lo lleve a hacer acciones teledirigidas.
Tengo mucha confianza en que la humanidad en algún momento va a poder recomponer.
Si vas a nuestros pueblos y te encuentras a una señora que aunque no tenga nada, te ofrece todo lo que tiene, es entonces ahí cuando resurge la confianza en el ser humano.
¿Confiar en la solidaridad?
En la
solidaridad, en la hermandad, en ser cooperativos, qué necesitamos hacer,
cambiar las condiciones y eso es lo que motiva a participar en un partido
político.
¿Lecturas a las que recurras constantemente?
Soy
economista, El Capital, es muy difícil de digerir porque es muy amplio, son
tres tomos. El primer libro la mercancía; el segundo la circulación y la
tercera parte es la distribución, o sea, la lucha monopólica.
Otro que más bien es un discurso, "La historia me
absolverá" de Fidel Castro y en él habla de la situación en Cuba, pero lo más
impresionante, es que lo dijo de memoria, habló cinco o seis horas, y por no abusar,
sacó unos artículos de periódico, donde señalaba a Baptista y la persecución.
Y otro es de Francisco Martin Moreno, "Arrebatos carnales",
es una trilogía, ahí te permite ver la cuestión humana, no sabemos si entra la
ficción y datos históricos reales, pero ayuda a ver desde otra óptica.
Platico mucho con mis compañeros, hago uno por
ciento de actividades administrativas y 99 por ciento de diálogo. Lo que me da,
no risa, más bien felicidad es cuando veo el avance de ellos, me llena alegría.
Sí, además también soy muy retro.
Me gusta ver cosas antiguas, caricaturas que
disfrutaba, películas de Tintán, como soy generación de la guerra fría, pues
todos los dibujos animados eran de inspectores, como el Inspector ardilla, La
hormiga atómica, el elefagente.
Me gusta mucho Tintán, grabó muchas películas en el
distrito de que represento, ahí en el Parque María Luisa en Gustavo A. Madero se
filma El Revoltoso.
Me gustaba la música, antes yo tocaba la guitarra
clásica, cuando llegué a la universidad entré a las Águilas Blancas, y me rompí
el dedo, dejé de tocar, pero mi ilusión era como joven tener un grupo de rock.
Tocar el acordeón.
Tengo la fortuna de soñar a color, pero sueño en
que México cambie, ese es parte de lo que me hace levantarme a diario, ayudar a
la transformación del país y dar oportunidad a las nuevas generaciones.
Insisto, como generación de Guerra Fría jugábamos
siempre soldados, combate, stop, declaro la guerra en mi contra de mi peor enemigo
que es.. y luego algunos juegos que son muy de barrio, bolillo, canicas.
Somos de calle 100 por ciento, y las personas así
lo reconocen, la gente nos recibe bien, sabe que somos parte de ellos, la misma
población te da esa posibilidad.
Si, hablamos, platicamos y soñamos como ellos,
porque así somos.
Foto: Cortesía diputado Paulo César Martínez |
Etiquetas: Paulo César Martínez Gustavo A. Madero Diputado